Durante la Segunda Guerra Mundial, y tras el inicio de los bombardeos en Londres, el gobierno británico decidió en octubre de 1940, construir un sistema de refugios profundo, vinculado a las estaciones de metro ya existentes desde 1900.
Todo el gasto de la construcción fue sufragado por las arcas públicas, pensando en un posterior uso después de la guerra. Los trabajos comenzaron el 27 de noviembre de 1940, se esperaba tener el refugio listo para el siguiente verano. Cada túnel tendría dos pisos, completamente equipados con literas, estaciones médicas, cocinas y saneamientos. Unas instalaciones que tendrían capacidad para 9600 personas. Esta capacidad se redujo posteriormente a 8000, para mejorar la habitabilidad.
Con enormes problemas ocasionados para la debilidad de los cimientos, la primera fase estuvo lista en marzo de 1942. Las restantes fueron acabadas posteriormente en el mismo año.
Los militares, instaron al gobierno a abrir los refugios inmediatamente, para aliviar la tensión que se producía en los metros. No obstante se decidió mantenerlo en reserva, a la espera de una intensificación de los bombardeos.
A finales de 1942, se puso a disposición del general Eisenhower, por lo que fue utilizado en ese momento como albergue de tropas. En enero de 1944, la ciudadela, fue cubierta por completo, la mitad fue asignada para personal operativo de defensa civil, el resto para el personal del ISRB, Operaciones y Servicios de la Investigación. Las estructuras se adaptaron para responder a estos organismos las necesidades operativas y de proporcionar alojamiento seguro a su personal. Fue extratégicamente determinante durante el desarrollo de los bombardeos de Londres.
Una vez concluida la contienda, fue utilizada como sala de reserva de guerra, así como biblioteca del registro público y de central telefónica. Preservada ante las frecuentes tensiones posteriores que desencadenó la guerra fría entre Estados Unidos y la Urss.
Con el tiempo, la oficina de registros públicos, llegó a almacenar 400 toneladas de documentos secretos de toda su historia. Al igual que la central telefónica, una pieza clave para las llamadas telefónicas de larga distancia, pero a medida que fue avanzando el progreso de las tecnologías, fue perdiendo todo su protagonismo.
Curiosamente en 1996, su propietaria, la compañía BT, puso a la venta esta histórica ciudad subterránea de Londres por un precio de 5 millones de libras esterlinas. Increíblemente la historia también se vende.
Elaine Hewitt, director de grupo de propiedad de BT, dijo: “Estamos buscando un comprador con la imaginación y la grandeza para volver a los túneles un uso productivo. “El sitio cuenta con la más fantástica historia, pero ahora que no tenemos ninguna necesidad de usarlo, es correcto que lo debemos ofrecer al mercado para nuevas iniciativas.”
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