24 discos SSD (cada uno con 256GB) en RAID0 que suman un total de 6 TB de capacidad, tasas de transferencia de más de 2 GB/s, frente a los 100 o 130 MB/s que en la actualidad suele tener un disco duro doméstico de los más convencionales.
El resto del PC monta dos micros Intel QX9775, de los más caros del mercado, dos ATi 4870×2 y un par de fuentes de alimentación de 1.000 vatios únicamente para dotar de energía a todos los SSDs. Además, para conectarlos todos a la vez han necesitado crear un controlador específico que no se vende en el mercado.
El precio de dicho tinglado completo es inviable, si un KINGSTON SSD de 80 GB en APP nos cuesta unos 400 €, estos rondaran cómo mínimo los 1.000 € la unidad (multiplicado x 24 + chip + gráfica, etc.) el equipo supera los 30.000 € con seguridad. Y luego dicen que hay crisis, tztztztz…
¡eso si, el futuro esta en esta nueva generación de discos duros!
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